EDICION BODEGÓN DE GIRARD

Este bodegón funciona como un puente entre siglos. Las figuras de Alexander Girard introducen la nota moderna que altera la quietud clásica: sus formas geométricas, nacidas del diseño del siglo veinte tensan la composición y actualizan la tradición. La cabeza siciliana, heredera de las teste di moro, actúa como eje narrativo; una figura femenina que anuda mito, artesanía y memoria mediterránea. Las flores superiores rinden homenaje a Clara Peeters, la pintora flamenca que introdujo en el bodegón europeo la precisión luminosa y la simbología escondida entre pétalos, metales y reflejos. Aquí, las frutas abiertas evocan fertilidad y abundancia, mientras que la presencia discreta de hormigas y la polilla insinúan la fragilidad del tiempo, la metamorfosis y la belleza que convive con su propia caducidad. La escena, en conjunto, recupera la densidad simbólica de los bodegones antiguos, pero la desplaza hacia un terreno actual en el se enlazan que diseño, artesanía y tradición pictórica..